La actual Plaza de Armas de Cusco se asienta sobre lo que en tiempos del Imperio Inca fue el Huacaypata o “Recinto Sagrado”, un enorme espacio ceremonial donde se encontraban los más importantes templos y palacios de la capital imperial. Tras la conquista española, esta área fue despejada para construir sobre sus cimientos la Plaza Mayor de la nueva ciudad virreinal.
Huacas y Ritos Ancestrales en su Suelo
Pero las huellas del pasado inca nunca se borraron por completo. Bajo los adoquines de la plaza aún yacen enterrados vestigios de antiguas huacas (lugares sagrados) y mazorcas de maíz, que eran depositadas como parte de rituales ancestrales de fertilidad y culto a la Pachamama (Madre Tierra).
La Catedral: Fe y Sincretismo
Sin duda, el principal monumento de la Plaza es la imponente Catedral, construida entre los siglos XVI y XVII sobre las ruinas del Viracocha Pampa o “Recinto de Culto al Creador”. Su impresionante fachada renacentista contrasta con elementos arquitectónicos de raíces incas, como las dobles puertas trapezoidales. Un reflejo perfecto del sincretismo cultural.
La Casa del Inca Garcilaso y la Vida Virreinal
Frente a la Catedral se encuentra la Casa del Inca Garcilaso, un precioso palacio renacentista que en su día fue propiedad del célebre historiador, quien con sus escritos legó valiosos testimonios sobre la vida de la nobleza inca y virreinal de Cusco. Sus balcones, hoy testigos silenciosos, alguna vez disfrutaron de las vistas de majestuosos cortejos y festejos virreinales.
Una Plaza Latente de Historia
Caminar hoy por la Plaza de Armas de Cusco es sumergirse en siglos de historia, tradiciones, conquistas y mestizaje. Cada rincón, cada piedra, parece susurrar al oído los secretos de un pueblo milenario y de una ciudad que desde siempre ha sabido reinventarse sin perder s
